ROMAN THINGS: JUEGO DE DADOS

«Así que le crucificaron, se dividieron sus vestidos echándolos a suertes, y sentados hacían la guardia allí» . San Mateo 27

Aunque ninguno de los Evangelios especifica de qué manera los legionarios se echaron a suertes las vestimentas de Cristo, no hay porqué no suponer que lo hicieran jugando a los dados (tesserae) uno de los entretenimientos favoritos de los romanos  y no solo de sus soldados.

Se dice que el gran Augusto sentía un pulsión por este juego y que llegó a perder enormes fortunas jugando a los dados con sus amigos en interminable veladas ludópatas celebradas en el palatino.

Para improvisar nuestro juego de dados romanos no hay nada mejor que recurrir al socorrido chino donde conseguiremos por poco menos de un euro un juego de dados con su cubilete. Recuérdese que los romanos jugaban con dos o tres dados con la misma configuración de caras que los actuales, aunque fabricados con marfil, hueso, madera o mármol. El cubilete no es imprescindible, pero golpear encima de la mesa con él en cada tirada aumenta la sensación de estar imitando a un auténtico romano jugándose los denarios en una caupona. Por otro lado los romanos llegaron a sofisticar tanto este juego que idearon una especie de enorme caja o turricula donde se introducían los dados para cada tirada, de esta manera se evitaban las trampas . Se han encontrado restos de una de estas cajas de dados en la Villa romana de la Olmeda (Palencia) con el refrán de «Beber y regocijarse, jugar y reír: ¡así hay que vivir!» Toda una declaración de principios.

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Turricula y dado de la villa romana de La Olmeda (Palencia)

Existen varias formas de jugar a los dados y también varias versiones de cómo hacerlo. El juego más popular era el iactus tres. Se hace una primera tirada para saber quién juega primero. Se lanzan los tres dados a la vez y gana el primero que llega a cincuenta o a los puntos que se acuerden de antemano.  En otra versión del juego  cada jugador tira los dados tres veces  seguidas y se elige la tirada de mayor puntuación. No hay combinaciones que valgan más que otras y los puntos se basan en el simple sumatorio de lo que marquen los dados. Recuerde invocar a su divinidad favorita antes de cada tirada y apueste con moderación,  no olvide que algunos jugadores tuvieron que venderse a su propia familias para pagar sus deudas de juego. Por cierto, procure jugar en su casa o en la de los amigos, porque la legislación romana prohíbe los juegos de apuestas con dinero en lugares públicos.

La máxima jugada, probablemente tres seises, recibía el nombre de Venus y la peor Canis (probablemente la misma que los jugadores llaman «ojos de serpiente») Cada punto del dado recibe un nombre determinado: 1. canis. 2. binio.3. ternio. 4 quaternio,. 5 quenio y 6. senio.

 

 

 

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